Antes de responder, conviene reafirmar que esta no es una orientación reciente, sino que ha sido promovida desde hace décadas. Sí, desde hace mucho tiempo la Iglesia enseña que la catequesis matrimonial es un tiempo para conocerse mejor, reflexionar y discernir sobre la vocación al Matrimonio.
Y en el más reciente documento de la Iglesia, el compromiso es presentado como la conclusión de esta etapa formativa, y no su inicio. Es decir, mientras algunas parroquias aún afirman que es necesario estar comprometido para realizar la catequesis, lo correcto es que el compromiso sea fruto y culminación de esta preparación.
“Al final de esta etapa, y como señal de entrada en la siguiente etapa de preparación inmediata, podría tener lugar el rito del compromiso.” (ICVM, 59)
¿Pero cómo atraer, entonces, a los novios?
La respuesta es sencilla: ¡abriendo las puertas e invitando! Basta con que las invitaciones parroquiales incluyan también a los novios, explicando que no se trata de un “curso” para vivir bien el matrimonio, sino de una catequesis para conocerlo más profundamente, puesto que el fin natural de todo noviazgo es el Matrimonio.
A través de los avisos parroquiales, del trato personal y con el apoyo de todos los movimientos y pastorales, se puede motivar a los novios a participar en la catequesis. Ciertamente, aquí nos referimos a los noviazgos maduros, que ya pueden contemplar seriamente la realidad del matrimonio —aquellos a quienes la Iglesia denomina “candidatos al Matrimonio”. Para los que aún son muy jóvenes o están en el inicio de la relación, deben existir otras iniciativas de acompañamiento (como encuentros para novios o propuestas de seguimiento personalizado), tal como recomienda la Iglesia en la fase de acogida.
En mi parroquia, uno de los mensajes que circula en los grupos digitales es este, que cito a modo de ejemplo:
¿Están de novios? ¿Están comprometidos ? Sean novios o estén comprometidos, ¡es tiempo de conocer más sobre el Matrimonio! El Matrimonio es un sacramento al servicio del cumplimiento de una vocación. No es simplemente una costumbre ni una invención humana. “Dios mismo es el autor del Matrimonio” (Catecismo de la Iglesia Católica, 1603). Siendo un paso tan importante en la vida de la pareja, la decisión de casarse debe ser fruto de un discernimiento maduro y profundo. Uno de los elementos esenciales para que una pareja viva bien el Matrimonio, es prepararse bien.Para contraer matrimonio en la Iglesia Católica, las parejas deben realizar una preparación específica, una catequesis sobre el Sacramento del Matrimonio. En nuestra parroquia, dicha catequesis matrimonial se lleva a cabo a través de los Encuentros de Preparación para la Vida Matrimonial. |
¿Quiénes deben realizar la Preparación para el Matrimonio?
Los encuentros están dirigidos a todos los candidatos al Sacramento del Matrimonio, es decir, a los novios, parejas comprometidas y también a las parejas que ya conviven sin el vínculo matrimonial sacramental. Se trata, sin embargo, de una preparación destinada a la pareja, y por ello el varón y la mujer deben participar juntos en todo el proceso formativo.
¿Con cuánta anticipación deben los novios participar de esta catequesis?
No es necesario tener fijada la fecha del matrimonio. Lo ideal es que la pareja participe en la catequesis incluso antes de marcarla, pues se trata de un tiempo de conocimiento mutuo y discernimiento de la vocación matrimonial.
Para aquellos que ya hayan marcado la fecha de la celebración, hay una única exigencia: que los encuentros se concluyan, a más tardar, seis meses antes del matrimonio.
Esta es apenas una indicación que debe estar insertada dentro de un programa de transformación de la mentalidad eclesial de los fieles. Todos sabemos que aún existe una cultura bastante difundida de buscar la catequesis matrimonial solamente durante el tiempo del compromiso. No obstante, tras algunos años de perseverancia, entre las parejas que atendemos, una proporción significativa ya está compuesta por parejas comprometidas que aún no han fijado la fecha del matrimonio, e incluso por novios que aún no se han comprometido . Tal es la propuesta de la Iglesia: debemos confiar en ella y hacer todo lo posible por llevarla a cabo.