Durante los momentos formativos, puedo observar que esta es una inquietud frecuente entre los agentes. También es común que exista gran inseguridad al tratar temas como la relación conyugal, la apertura a la vida, el mal de la anticoncepción, los métodos naturales de regulación de la natalidad, la reproducción asistida, entre otros.
Antes que nada, debemos tener plena certeza de que estos temas deben ser efectivamente abordados. En el documento “Itinerarios Catecumenales para la Vida Matrimonial”, del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, se indica claramente que ciertos temas no pueden faltar en la preparación próxima, tales como la sexualidad, la correcta concepción de la paternidad-maternidad responsable, la regulación de la natalidad y la educación de los hijos. El documento afirma:
“Hay también muchos otros aspectos vinculados a la realidad humana de la persona y de la pareja que deben ser debidamente explorados: la dinámica humana de la sexualidad conyugal, la concepción correcta de la paternidad-maternidad responsable, la educación de los hijos.” (ICVM, 53)
No solo este, sino también documentos anteriores ya evidenciaban esta necesidad. Y si estos temas son indispensables, no pueden quedar reservados únicamente a los especialistas. De otro modo, no serían abordados en la mayoría de las parroquias, ya que la presencia de especialistas es escasa. Además, no se trata de impartir clases sobre estas materias, sino de transmitir los puntos fundamentales de la doctrina y de la ley natural.
En lo que respecta a los métodos naturales, por ejemplo, es importante explicar por qué la doctrina considera inmorales aquellos métodos que no respetan los ritmos naturales, es decir, la naturaleza del ser humano (de ahí el nombre “métodos naturales”). Los agentes de preparación, o sea, los catequistas matrimoniales, no necesitan conocer en detalle el funcionamiento de los métodos ni haber sido usuarios de alguno. Esto sería ideal, pero no constituye un requisito.
Los encuentros de catequesis matrimonial no son el espacio para enseñar un método específico. La aproximación debe ser de carácter espiritual y, si alguna pareja demuestra interés, se le puede derivar a alguien capacitado para instruirla. Es fundamental que en las diócesis haya contacto con instructores de métodos naturales, a fin de establecer ese “puente”. Es en este punto donde intervienen los especialistas, como referentes valiosos para resolver dudas y profundizar algunas cuestiones, cuando sea necesario.
Evidentemente, es conveniente que las diócesis promuevan instancias de formación sobre estos temas para los catequistas matrimoniales. No obstante, con el fin de facilitar esta tarea y otras similares, el libro Matrimonio: Encuentros de Preparación fue concebido como un “estudio guiado”, una lectura en la que los catequistas solo necesitan coordinar los encuentros, sin requerir la preparación previa de contenidos. En dicho libro, la doctrina se presenta de forma clara y sencilla. Basta con seguir la lectura y conducir los momentos de reflexión compartida. Esto facilita enormemente la labor y permite que prácticamente todos los matrimonios unidos en el sacramento, siempre que crean en la doctrina, puedan convertirse en catequistas matrimoniales. Así, más parejas podrán participar activamente en la catequesis matrimonial.
Exelente material me parece