Preparación para el matrimonio: ¿sabes diferenciar la preparación próxima de la inmediata?

Preparación para el matrimonio sabes diferenciar la preparación próxima de la inmediata

Han pasado casi 45 años desde que la Iglesia, con el Papa San Juan Pablo II, comenzó a comprender la preparación para el matrimonio como un camino compuesto por tres etapas. Hace casi 30 años, todavía durante ese mismo pontificado, estas etapas fueron explicadas en detalle. Además, durante el pontificado del Papa Francisco, han sido retomadas y profundizadas.

Me refiero a las etapas de Preparación Remota, Próxima e Inmediata, ampliamente conocidas en los ambientes de pastoral familiar y movimientos de familias. Estas fueron presentadas en la exhortación Familiaris Consortio (1981), desarrolladas en el documento Preparación para el Sacramento del Matrimonio (1996) y, más recientemente, retomadas y profundizadas en los Itinerarios Catecumenales para la Vida Matrimonial (2022).

Creo que no hay muchas dudas respecto a la Preparación Remota, que constituye la base y acompaña a la persona desde la infancia, a partir de la vida familiar, unida a la catequesis y a otros momentos formativos, hasta llegar al inicio del noviazgo. Sin embargo, muchas personas que llevan años trabajando en la preparación para el matrimonio —incluso líderes— no conocen bien los objetivos y las actividades propias de cada etapa.

Si eres agente de pastoral familiar, sacerdote o simplemente estás interesado en el tema, ¿sabes señalar las diferencias entre la Preparación Próxima y la Preparación Inmediata?

Tomando como referencia los documentos mencionados, podemos comenzar diciendo que la Preparación Próxima tiene lugar cuando la pareja comienza a considerar seriamente la posibilidad del matrimonio, es decir, cuando deja de ser una realidad lejana y comienza a convertirse en una posibilidad concreta. Deja de ser remota y se va aproximando.

Es el tiempo del discernimiento vocacional, en el cual la pareja necesita conocer en profundidad qué es el matrimonio, para poder decidir con plena conciencia y libertad. Se trata de un proceso catecumenal, con formación doctrinal y vivencia de la fe; por eso, esta etapa también es denominada catecumenado matrimonial.

El reciente documento Itinerarios Catecumenales para la Vida Matrimonial (ICVM, 2022) refuerza que este es el momento de la “decisión final”:

“El objetivo específico de esta etapa es finalizar el discernimiento de cada pareja sobre su vocación matrimonial. Esto puede llevar a la decisión libre, responsable y meditada de contraer matrimonio, o puede llevar a la decisión igualmente libre y meditada de terminar la relación y no casarse.” (ICVM 55)

Tener esta etapa como apoyo para la decisión es un punto desafiante, ya que en muchas parroquias del mundo entero se ha consolidado la costumbre de que la pareja realice la Preparación Próxima después de haber fijado la fecha de la boda, lo cual es un error. Al tratarse de un tiempo de discernimiento, debe llevarse a cabo antes de la decisión, es decir, antes de fijar la fecha.

Para que esto quede aún más claro, el ICVM señala que la preparación próxima debe preceder a la decisión de contraer matrimonio y a los preparativos de la boda, es decir, al tiempo del noviazgo:

“Al final de esta etapa, y como señal de entrada en la siguiente etapa de preparación inmediata, podría tener lugar el rito del compromiso.” (ICVM 59)

La Preparación Próxima, que debe ser una verdadera catequesis, también se entiende como la “preparación personal para contraer matrimonio”, según el canon 1063, §2 del Código de Derecho Canónico. Por lo tanto, es un momento necesario — por no decir obligatorio.

La etapa siguiente, la Preparación Inmediata, se centra en el tiempo del noviazgo, es decir, en la preparación para la boda. Aquí ya ha ocurrido la decisión y, por lo tanto, se ha comprendido el significado del matrimonio y las condiciones para su validez. El objetivo ahora es reforzar los aspectos espirituales y preparar la celebración del matrimonio, con momentos de oración, retiro, confesión y preparación litúrgica.

Llama la atención el énfasis que el ICVM da a los aspectos espirituales relacionados con la celebración:

“Unos días antes del matrimonio, un retiro espiritual de uno o dos días será muy beneficioso. Aunque esto puede parecer poco realista, dados los numerosos compromisos debidos a la planificación de la boda, hay que decir que, en los casos en que se ha aplicado, ha demostrado tener grandes beneficios.” (ICVM 70)

Para ilustrarlo, he dibujado la línea de tiempo tal como la recomienda la Iglesia para una pareja que se dirige hacia el matrimonio.

Con este breve artículo, no pretendo profundizar en las actividades de cada etapa, lo cual ya se desarrolla en la serie de textos (https://piuseditorial.com/blog-es/) que dió origen al libro Preguntas y Respuestas sobre la Catequesis Matrimonial. Mi intención es simplemente presentar las diferencias de manera objetiva para ayudar a clarificar y desarrollar las actividades propias de cada etapa.

Así, para sintetizar, he preparado un cuadro comparativo que indica las principales diferencias.

Para cumplir adecuadamente con las orientaciones de la Iglesia, las parroquias deben atraer a las parejas incluso antes de que tomen la decisión de casarse, invitándolas a participar en la Preparación Próxima.
Y, una vez discernida la vocación al matrimonio, deben regresar algunos meses antes de la boda para vivir la Preparación Inmediata.

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